Bolivia arrastra una racha preocupante en su balanza comercial. Según el último boletín del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país acumula siete meses consecutivos de déficit comercial, desde octubre de 2024 hasta abril de 2025, lo que se traduce en un saldo negativo de $us 818,2 millones.
El economista Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija, advierte que este deterioro del comercio exterior es un reflejo directo de la fragilidad económica y la falta de respuestas estructurales.
En una columna de análisis publicada este mes, Romero expone que solo en abril de 2025, el déficit comercial fue de $us 137,1 millones, un salto de más del 1.600% respecto al mismo mes de 2024. Además, las exportaciones cayeron 8%, mientras que las importaciones aumentaron en la misma proporción.
“Estamos a solo cuatro meses de haber comenzado el año y ya alcanzamos el 68% del déficit acumulado en todo 2024”, enfatiza el economista.
Exportaciones en caída libre
Durante el primer cuatrimestre de 2025, las exportaciones bolivianas cayeron un 7,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las exportaciones nacionales bajaron en 5,2%. Los sectores más golpeados son los hidrocarburos y la industria manufacturera.
En contraste, solo la extracción de minerales creció (30,4%), mientras que otras actividades económicas registraron caídas generalizadas. Entre los productos más exportados están el zinc ($us 456,9 millones), la plata ( $us 436,9 millones), el gas natural ($us 375,5 millones) y el oro metálico ($us 183,7 millones). No obstante, varios de estos rubros presentan cifras inferiores a las de 2024.
Romero destaca la persistente declinación del sector hidrocarburífero, que registró una caída del 37% en exportaciones de gas natural respecto al año pasado. Solo entre marzo y abril de este año, Bolivia dejó de exportar $us 39 millones por este concepto.
Importaciones también se debilitan
En cuanto a las importaciones, el país registró una caída del 6,1% en el primer cuatrimestre, aunque sigue importando principalmente combustibles y lubricantes elaborados ($us 904 millones), suministros industriales ($us 876 millones) y bienes de capital ($us 351,3 millones).
“China, Brasil y Argentina siguen siendo nuestros principales proveedores, pero nuestras compras incluso a esos países han bajado”, remarcó Romero.
Romero sostiene que este deterioro responde en gran medida a la escasez de divisas, lo que condiciona tanto el consumo interno como la capacidad de importar insumos o exportar productos. “El mercado interno está limitado, las exportaciones se reducen y el crecimiento económico se frena”, advirtió.
A este contexto se suma la incertidumbre política, el desabastecimiento de combustibles y los bloqueos de carreteras, elementos que, según Romero, “ponen cuesta arriba la recuperación del comercio exterior”.
El economista cierra su análisis alertando sobre las consecuencias inflacionarias de esta situación: “La presión sobre el poder adquisitivo de la moneda nacional está empujando a miles de personas hacia la informalidad y la pobreza”.
El Deber