Una nueva denuncia de abuso cometido por policías contra un civil en el departamento de Santa Cruz se reportó el fin de semana, esta vez la víctima es el conductor asalariado de un taxi, quien aseguró que fue detenido de forma ilegal por cuatro horas y que, al ser liberado, se dio cuenta que le robaron la renta de una semana de trabajo que estaba en su vehículo. Los periodistas que buscaron la contraparte del uniformado acusado, fueron agredidos por sus camaradas.
“Apareció una patrulla y me dicen que me haga a un lado (que estacione). De forma prepotente el oficial me carajea, yo lo comienzo a filmar con mi celular, el tipo me agrede, me hace bajar del vehículo y lo deja abandonado a un lado de la Aduana. De yapa me mete a la celda, me hacen apagar mi celular, (el policía) comienza a golpearme, me dijo que él es la ley y yo no soy nada contra él (…) Para mí fue prácticamente un secuestro”, relató el taxista Jhonatan R.G. a periodistas de TV – Digital.net Satelital, quienes hicieron una transmisión en vivo por Facebook durante la cobertura del caso.
Según el relato del chofer asalariado, el hecho fue a las 8:00 del domingo por el cuarto anillo, cuando conducía hacia el Parque Industrial para atender un pedido que le hicieron a través de la aplicación “inDriver”. El conductor aseguró que no cometió ninguna infracción y, por supuesto, tampoco estaba en estado de ebriedad. Sin embargo, fue obligado a estacionar, luego -sin explicarle los motivos- fue sacado de su vehículo y arrestado por el oficial identificado como el mayor Huáscar Coca.
En el video que se registró en ese momento, publicado por TV – Digital.net Satelital, se ve al mayor Coca quien también graba con su celular el incidente, repite varias veces al chofer: “baje de su vehículo, por favor, le estoy hablando con respeto”, y hace advertencias de que hará uso de la fuerza si el taxista no obedece, al mismo tiempo pide a gritos el apoyo de otro uniformado. No obstante, las imágenes revelan que, al contrario de sus palabras, el accionar del policía es violento y su actitud intransigente.
En contraparte, la grabación revela que el taxista hace caso de las indicaciones del policía y estaciona el motorizado a un lado de la vía, el chofer relata que antes de iniciar su grabación el policía lo insultó. “…Y vas a llorar ahí adentro”, es la amenaza que se le escucha decir al mayor Coca en los primeros segundos del video tomado por el taxista, quien pregunta varias veces el motivo de su arresto, sin recibir respuesta.
Un detalle importante en la grabación es que el vehículo quedó abandonado, el mayor impide que el chofer quite las llaves de contacto y no permite que éste saque sus pertenencias de valor. Todo pasó en menos de tres minutos.
Una vez que el chofer es subido al asiento trasero de una patrulla el oficial se sube al asiento del acompañante del chofer, mientras sigue grabando y hace su propio relato del hecho: “Este señor está siendo conducido a celdas policiales, se presume que está con aliento alcohólico, acaba de atropellar a dos personas, se ha resistido al arresto”, afirma Coca mientras sostiene su celular. A su vez, el taxista le dice que miente, repite que no se le informó a qué se debe su arresto y advierte que la versión del oficial será desmentida porque “todo está grabado”.
La contraparte policial
Este lunes, el comandante de la EPI 7 de la Pampa de la Isla, de apellido Monasterios, salió a dar explicaciones por el actuar del mayor Coca. Afirmó que, según el informe del oficial, el taxista que conducía un motorizado “con placas poco legibles” cometió una infracción al tratar de dar una vuelta en “U” y que casi atropelló a dos peatones.
Al ser intervenido, dijo que el conductor se portó prepotente e insultó al policía. Esa fue la razón de su arresto. De la misma forma, en el reporte se señala que hay grabaciones de ese momento y que no se verificó la existencia del dinero reportado como robado por el conductor.
“Todo eso es mentira, hay cámaras de seguridad en todo ese sector, me detuvieron sin motivo alguno, para mí es prácticamente un secuestro porque no me dejaron comunicarme con nadie y me encerraron sin razón alguna”, protestó el taxista entrevistado por Unitel.
Golpes y burlas en celdas
El taxista relató que cuando fue encarcelado en la comisaría de la zona Pampa de la Isla, el mayor Coca lo obligó a dejar de grabar con su celular y una vez que lo metió a celdas, sin explicarle los motivos, lo golpeó dos veces y se burló de él. “Me encierra, y aparte de golpearme va y se me hace la burla, me dice ‘ahora graba pues, (el video) súbelo al Facebook y me mandas el link para que yo le dé ‘Me gusta’. Me dio mucha rabia”, lamentó la víctima.
El taxista aseguró que estuvo arrestado por cuatro horas, tiempo en el que le negaron hacer una llamada para avisar a su familia o pedir ayuda legal; ningún policía realizó un informe del motivo de su arresto ni de quién se hizo responsable del taxi abandonado en el cuarto anillo. El chofer aseguró que, pasado ese tiempo, finalmente se le acercó el comisario de turno, un subalterno del mayor Coca, quien le pidió disculpas por el proceder de su superior y lo dejó en libertad.
Entonces los policías de la comisaría le indicaron que su vehículo estaba en la puerta y que podía retirarse, sin embargo al subir al motorizado, el taxista se dio cuenta que los 800 bolivianos que tenía guardados en su guantera le robaron. “Yo tenía el dinero con el que tenía que pagar la renta del auto y me encuentro con que (luego de su arresto) no había ni un boliviano en la movilidad”, denunció.
Por la relación de hechos, la primera sospecha es que, además de la responsabilidad del mayor Coca, los policías que participaron en su arresto y luego condujeron el taxi hacia la comisaría fueron quienes se llevaron el dinero, producto del “trabajo de toda la semana”, protestó el taxista.
Además de que se sacó del vehículo al chofer por la fuerza, el motorizado fue abandonado y no se le dijo los cargos en su contra, otra irregularidad cometida contra el taxista fue su arresto en celdas de una comisaría y no en las oficinas de Tránsito, donde correspondía que se atienda el caso, por la supuesta infracción vial.
Varios casos
Este el cuarto caso ―conocido― que involucra a policías de Santa Cruz en denuncias de secuestro, atraco, arrestos ilegales, extorción y tortura en instalaciones policiales en menos de un año.
En mayo de 2022, cinco policías fueron denunciados ante la Fiscalía por secuestro y extorsión de 10.000 dólares a un chofer de un camión cisterna. En diciembre, otros cuatro policías de la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove) fueron denunciados por delitos similares y el montaje de un proceso de sustracción de un vehículo; ambos casos se dieron en la zona del Plan 3.000, las víctimas fueron golpeadas y amenazadas en celdas policiales hasta que pagaron “el rescate”, en el segundo caso la familia pagó 4.000 bolivianos.
Uno de los últimos casos, es el de los policías grabados durante el atraco a un civil en Santa Cruz, protagonizado por los capitanes Salomón Salek y Javier Alberti, este último con varios antecedentes por narcotráfico, extorsión y contrabando de vehículos robados en Chile.
Sin respuesta del Comando General
Consultados por los tres primeros casos, no hay respuesta de quienes componen el Comando General de la Policía, cinco generales y el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien en una de las últimas conferencias afirmó “que todos los hechos de corrupción se investigan”. Sin embargo, Página Siete constató que los nueve policías denunciados por secuestros en 2022 no fueron sancionados, siguen en sus puestos e incluso dos de ellos en unidades de inteligencia de la Fuerza Antidroga.
Al contrario de separar y sancionar a policías implicados en hechos de corrupción, la pasada semana se informó que el teniente coronel Raúl Cabezas, implicado en el escándalo internacional por la venta de autos robados en Chile, fue absuelto en el Tribunal Disciplinario de la Policía en Santa Cruz y el caso en el Ministerio Público fue cerrado, ambas instancias se negaron a atender las consultas de este medio.
La autoridad encargada sobre el tema disciplinario, el inspector de la Policía Ricardo Pérez desconoce los detalles de los casos de secuestro y se negó a dar declaraciones sobre el tema del coronel Cabezas. Asimismo, el caso de extorsión al chofer del cisterna, en 2022, se cometió en la anterior gestión del comandante departamental de Santa Cruz, Erik Holguín, quien fue informado del hecho, pero no asumió ninguna medida contra los cinco policías implicados.
Agresión a los periodistas
En el caso suscitado ayer en la Pampa de la Isla, una vez que el taxista Jhonatan R.G. fue liberado y ante la indignación de que fueron policías los que presuntamente lo robaron, éste recurrió a periodistas para hacer pública su denuncia.
“El conductor del programa La Cafetería, Iver Gutiérrez, acudió al llamado del conductor de inDriver, que denunció que en su movilidad tenía 800 bolivianos, que era la renta de la semana y cuando lo arrestó el mayor Coca el dinero estaba en su cajuela. El reportero estuvo más de una hora en la comisaría de la Pampa de la Isla sin conseguir respuesta”, señala la publicación de TV – Digital.net Satelital.
Los periodistas que realizaron la cobertura del caso, por más de una hora en una transmisión en vivo por Facebook, no lograron que el mayor Coca sea ubicado por sus camaradas, el coronel Holguín tampoco atendió los llamados que se le hicieron, pero luego de varios minutos, en la comisaría se hizo un cordón de uniformados que a los empujones impidió el trabajo de la prensa, además que se lanzaron varios insultos contra los comunicadores.
Página Siete