Los ladrillos de clorhidrato de cocaína, producidos en un megalaboratorio, que operó un año en el Tipnis, estaban marcados con cuatro tipos de sellos. Uno de ellos, “Paceña Black”, estaba inserto en las 3,3 toneladas de droga decomisadas en Brasil y Paraguay en octubre, que tenían como destino Europa.
“Lo que nos llama la atención de este laboratorio es que se encontró la misma figura con la que estaba sellada la droga hallada hace unos días en el aeropuerto Viru Viru (Santa Cruz), que pretendía ser introducida por dos funcionarios de Sabsa (Servicios de Aeropuertos Bolivianos) a vuelos internacionales. Es el mismo logo (impreso) en los más de 2.000 kilos (empaquetados en forma de ladrillos) que se encontraron en Paraguay y 1.000 kilos en el Brasil”, afirmó el 17 de diciembre el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
El reporte se dio en el área boscosa del Tipnis, minutos antes de que en presencia de la autoridad se incinerara el megalaboratorio descubierto por los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), cuyos insumos, equipos e instalaciones estaban valuados en 250 mil dólares y presumen -por el desgaste de su estructura- que funcionaba desde hace un año.
Ruta
Del Castillo manifestó que los equipos de inteligencia de la Policía aún realizaban un cruce de datos para confirmar si la cocaína base que se purificaba en el laboratorio ingresaba desde Perú.
La droga decomisada, mencionada por Del Castillo, eran las 2,3 toneladas de clorhidrato de cocaína secuestrada en Paraguay el 20 de octubre, en la zona portuaria de Villeta, a 30 kilómetros de Asunción. El cargamento tenía como destino Israel, previo paso por Buenos Aires (Argentina) y Amberes (Bélgica), según informó a medios locales la fiscal paraguaya Elva Cáceres.
Página Siete