Parecía un sábado normal. Maricruz Sánchez había recibido una llamada de su esposo, alertándole que estaba por llegar a casa. Los “cinco minutos” que le había pedido su marido se alargaron inexplicablemente hasta que alguien tocó la puerta de su casa para informarle que el hombre con que había formado un hogar había sido atropellado.
“Lo tropelló y lo dejo. Uno como humano auxilia a otras personas pero él prefirió irse y dejarlo a su suerte”, así se refería Maricruz Sánchez, sobre el hombre que atropello al padre de sus dos hijos.
Carlos Herrera, ahora está en coma; sin embargo, él tiene un trabajo en el matadero municipal a donde acudía todos los días para repartir carne en los diferentes mercados y en horas de la madrugada.
Normalmente la empresa que lo contrató lo suele dejar en la puerta de su casa; sin embargo, ese día Carlos había decido darle una pequeña sorpresa a su familia. Se bajó metros antes para comprar pollo para su familia.
Minutos antes de comprar el pollo, le había llamado a su esposa para alertarle que iba a llegar en unos minutos. Lastimosamente cuando la puerta del hogar de Maricruz sonó era para decirle que su pareja había sido atropellada.
“Llegó la Policía y con los vecinos lo auxiliamos”, contó la afligida mujer que clama al hombre que atropelló a su esposo aparecer para que le ayude con los medicamentos que requiere.
Los médicos han advertido a Maricruz que el diagnóstico del padre de sus hijos no es bueno. Quedó en coma y requiere equipos para conectarlo a un respirador.
“Él era el sustento de mi familia, de mis hijos de 10 años y tres meses”, señala Maricruz, afligida pues tiene la esperanza que su pareja se recuperó pero para ello necesita comprar los medicamentos y equipos que le solicitan en el hospital.
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