Tiffany Mills, es el nombre de una mujer que vive en Florida, Estados Unidos, que tras haber acudido al médico por dolores de espalda decidió someterse a una intervención quirúrgica para reducirse los senos; sin embargo, cuando despertó se encontró que tenía implantes en su busto, una enorme cicatriz en toda su cintura.
“Míralo como si te hubieran hecho una cirugía gratis”, fue la respuesta que le dieron en la clínica, cuando reclamó porque las cirugías que le hicieron, no eran las que estaban previstas.
Madre de tres hijos, Mills pagó cerca de 6.500 dólares para la cirugía que en principio iba a eliminarle los dolores que tenía en la espalda, los hombros y el cuello pues mide 1.61 y su talla de sujetador es 32F.
“Acordamos un levantamiento y una reducción. Treinta minutos antes del procedimiento, se discutió que sacarían un poco más de un seno para que estuvieran nivelados”, dijo la mujer.
Cuando despertó se dio cuenta que en lugar de la reducción le habían colocado implantes que eran tan grandes que finalmente las incisiones debajo de los senos se abrieron por el excesivo peso. Pasaron los días e incluso uno de sus pezones se había desprendido de la aureola.
La mujer también quedó impactada con lo que le había pasado en la zona abdominal. No estaba prevista una cirugía en esta zona de su cuerpo; sin embargo, cuando despertó vio una enorme incisión desde la cadera izquierda hasta la derecha y moretones por todos lados.
«No califiqué para la cirugía abdominal porque no tenía piel extra para tirar, pero habían tirado de mi piel demasiado fuerte, lo que significaba que tenía mucho tejido cicatricial y no podía pararme derecho”, contó Mills.
Cuando la mujer despertó de la cirugía, el personal de la clínica la sacó de la cama, indicándole que necesitaban el espacio pues estaba prevista otra cirugía.
«Ni siquiera me mantuvieron en observación, me sacaron de allí lo más rápido que pudieron».
Fue recién al día siguiente que la clínica aceptó que se hubo un error en su cirugía y que sus datos se habían mezclado con los de otro paciente y por ello Mills exigió un reembolso; sin embargo, esto no fue aceptado.
Dos semanas después de la cirugía la mujer fue ingresada a un hospital pues las heridas debajo de su seno se infectaran y se encontraran coágulos de sangre en sus pulmones y piernas.
Desde entonces Mills ha estado luchando para que su vida vuelva a la normalidad y recuperar el dinero de la cirugía.
“Me las arreglé para disputar el cargo de la cirugía con mi banco y recuperar el dinero. La clínica está tratando de luchar y afirma que esto es lo que pedí», indicó.
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