Marset ya esta en Brasil, entró con el nombre de Luis Amorim

El empresario uruguayo Sebastián Marset Cabrera, prófugo de la jsticia paraguaya que migró al país en febrero de 2022 con pasaporte uruguayo y una visa de residencia permanente emitida en diciembre de 2021, bajo la gestión del actual ministro Eduardo del Castillo, ha logrado cruzar la frontera entre Bolivia y Brasil gracias a una logística organizada por el Primeiro Comando Capital (PCC), organización brasileña que abrió un corredor fronterizo para evacuarlo, aseguró a Sol de Pando una fuente cercana al Centro Especial de Investigaciones Policiales (CEIP).

Marset portaba un documento de identidad brasileña que había utilizado dentro el país para habilitarse como jugador de fútbol en el campeonato de la Asociación de Santa Cruz, bajo el nombre de Luis Paulo Amorim Santos. El Catastro de Persona Física (CPF, equivalente al Carnet de Identidad) tiene fecha del 4 de abril de este año 2023 y fue supuestamente emitido en el Estado de Pernambuco. Le fue enviado por sus contactos del PCC en Brasil. El PCC también facilitó un CPF para Diego Nicolás Alba Marset, hermano de Sebastián, con sello del Estado de Paraná.

Sabemos que para cruzar la frontera con cualquier país vecino no se necesita pasaporte, es suficiente la cédula de identidad que en Brasil se conoce como CPF. Y como el nombre de Luis Amorim no figura en la notificación roja de Interpol, con seguridad Marset ha atravesado tranquilamente todos los retenes en ese país”, afirma el experto y ex miembro del CEIP.   

El PCC habría tomado en sus manos el rescate de Marset, además con la colaboración de grupos locales del narcotráfico. “O lo evacuaban lo más rápido posible, o se agarraban a tiros con la policía boliviana” —observa el entrevistado—, “esas eran las únicas opciones que quedaban a consecuencia de haberle permitido operar en Bolivia haciendo la vista gorda, a pesar de la alerta roja de Interpol”.

En casos similares, que se dieron especialmente en Paraguay durante los últimos diez años, el PCC activó un mecanismo para la evacuación de sus miembros en circunstancias extremas de persecución judicial. Existen rutas de escape hacia refugios dentro el territorio brasileño u otros países donde la organización posee infraestructura y contactos idóneos. “Funciona de un modo muy parecido a los programas de protección a testigos del FBI o la DEA. Te cambian la identidad, legal y físicamente, incluso te llevan en un submarino si vas a irte de Sudamérica a Europa, Asia o África, tienen la ventaja de que esas rutas son de su pleno dominio, por ahí mismo va la droga”, explica el entrevistado.

Su camino de huida al Brasil era inminente por varias razones. Una de ellas: su hijo menor es un niño nacido en ese país. Cuando estuvo preso en Emiratos Árabes Unidos —entre el 10 de septiembre y el 28 de diciembre de 2021— a causa de portar un pasaporte paraguayo falso, su esposa, la uruguaya Gianina García Troche, inició el trámite ante el consulado de Brasil en Dubai para que su hijo de 11 meses, de nacionalidad brasileña, pueda renovar su pasaporte de aquel país que estaba a punto de caducar, según información obtenida por Sol de Pando en una fuente del Servicio Nacional Antidrogas (Senad) del Paraguay.

No hubo cierre de fronteras

Según nuestro informante —un policía en servicio pasivo que aún mantiene contactos con la comunidad de inteligencia de su institución—, el Gobierno ha cometido “errores imperdonables” que derivaron en la fuga inminente de Marset. El principal error, no haber procesado las alertas que emitieron públicamente autoridades policiales y judiciales de Paraguay desde hace más de un año, sobre la evidente presencia del temible narcotraficante en Bolivia. A esa inacción por negligencia o corrupción, se sumó el error de no haber activado la intervención militar una vez que la policía fue rebasada e intimidada por la fuerza paramilitar del empresario mafioso, cuando sus milicianos brasileños —indudablemente soldados del PCC— hicieron gala de un sofisticado arsenal para cubrir la huida de su jefe, durante el fracasado operativo policial del 29 de julio. El apoyo de las Fuerzas Armadas habría implicado el cierre inmediato de las fronteras, lo cual no sucedió. No hubo ninguna coordinación entre los ministerios de Gobierno y de Defensa. “Era evidente que la situación planteada iba mucho más allá de un problema de seguridad ciudadana, estamos ante un resurgimiento global del narcotráfico en términos de una amenaza frontal a la seguridad nacional”, sostiene el investigador entrevistado por este medio.

Por su parte, el ex ministro de Gobierno Carlos Romero afirma haber recibido reportes provenientes de las zonas fronterizas con Brasil, como Puerto Suárez y San Matías, donde no se ha visto ninguna acción efectiva de control fronterizo con el fin de capturar al prófugo, ni de la Policía ni de las Fuerzas Armadas y mucho menos de la Fuerza Aérea Boliviana. “Si Marset ha cruzado algunos de los puntos fronterizos con Brasil o con cualquier otro país vecino, lo habrá podido hacer con absoluta comodidad”, comentó el ex Ministro a Sol de Pando.

En su conferencia de prensa del pasado martes, el actual ministro de Gobierno Eduardo del Castillo informó que alrededor de 3.000 policías y agentes de inteligencia están movilizados en todo el territorio nacional para cazar al pez gordo, habiendo realizado durante los primeros tres días de la persecución 1.355 operativos en “hoteles, alojamientos y fronteras”. El Ministro mostró un mapa de Bolivia focalizando el despliegue policial en 158 puntos de control, casi todos concentrados en el interior del país y muy pocos en las zonas fronterizas, con un despliegue mayor hacia la frontera con Perú (alrededor de 30 puestos) y nada hacia la frontera con Chile.  Según el mapa del ministro del Castillo, apenas ocho puestos de control se han montado sobre la frontera con Brasil, cinco en Pando y tres en Santa Cruz.

Era previsible que Marset buscase una salida hacia territorio brasileño, un dominio infranqueable del Primeiro Comando Capital.

Bolivia y Brasil comparten frontera sobre una franja con más de 3.400 kilómetros de longitud, abarcando los departamentos bolivianos de Pando, Beni y Santa Cruz frente a los estados brasileños de Acre, Rondonia y Mato Grosso. Marset pudo atravesar por esta inmensidad desguarnecida, encaminándose sin prisa hacia algún santuario seguro del PCC en el vasto territorio brasileño.

Apoyo logístico de los clanes Nallar y Lima Lobo

Asimismo, según el investigador policial consultado por Sol de Pando, el uruguayo oculto en Santa Cruz habría recibido apoyo logístico para su fuga por parte del grupo de Misael Nallar y la familia Lima Lobo, con quienes Marset mantuvo estrechas relaciones comerciales —estima el CEIP— al menos desde el año 2019. Se afirma que también estrechó amistad con el entonces Alcalde de Warnes, Mario Cronembold, compartiendo una mutua afición por el fútbol.

Los Lima Lobo son señalados como quienes facilitaron la obtención de un carnet de identidad y un pasaporte bolivianos para el narcotraficante uruguayo en Santa Cruz, otorgados en abril de 2019, suplantando la identidad de un ciudadano del Beni llamado Gabriel de Suoza Beumer. En ese momento, Marset tenía su residencia permanente en Asunción, desde donde controlaba los embarques de la cocaína boliviana con destino a Europa y África, a través de una ruta binacional que conecta la hidrovía del Paraná con el puerto de Montevideo.

Para su llegada a Bolivia en febrero de 2022, huyendo de la justicia paraguaya, los mismos grupos de Nallar y Lima Lobo —en coordinación con personal del Ministerio de Gobierno a cargo de Eduardo del Castillo— le procuraron una visa de residencia emitida el 11 de diciembre de 2021 por la Dirección de Migración en Trinidad, fecha difundida recientemente por el Fiscal de Distrito del Beni, Félix Balderas. La visa se entregó a un emisario enviado a Santa Cruz por Marset, ya que el prófugo se hallaba aún preso en Emiratos Árabes Unidos a la espera de su liberación. Estaba en prisión por causa de un pasaporte paraguayo falsificado, y sólo un pasaporte auténtico podía redimirlo ante la ley árabe. Luego de obtener el pasaporte uruguayo que lo excarcelaría, mediante un trámite ante el consulado de su país en Dubai, Marset fue absuelto recién el 28 de diciembre de 2021.

La Fiscalía paraguaya estableció que la red de Marset traficó más de 21 toneladas de cocaína mayormente boliviana (peruana en menor cantidad) por un valor que supera los 500 millones de dólares, entre los años 2020 y 2022. La investigación señala que cada kilo de la droga era vendido por el grupo a un valor que va desde $us 12.000 hasta $us 14.500 en África; el precio de venta subía a entre $us 20.000 y $us 25.000 en Europa. En Bolivia, los proveedores nativos entregan la cocaína cristalizada a un precio que oscila entre los 2.000 y 3.000 dólares por kilo.

Matando por un pasaporte

El nombre de Sebastián Marset surgió oficialmente en los expedientes bolivianos a raíz del asesinato de tres policías a manos de Misael Nallar Viveros y su banda, perpetrado en la zona de Porongo, Santa Cruz, el 21 de junio de 2022, cuando el uruguayo ya se encontraba viviendo en Bolivia con la respectiva visa de residencia permanente.

En enero de este año, varios medios de circulación nacional como Los Tiempos y El Deber informaron que Misael Nallar Viveros, según la investigación realizada por la Senad, “mantuvo nexos financieros con Reina Mercedes Duarte, ‘Merchi’, considerada testaferro y mano derecha de Sebastián Marset, jefe de la red de narcotráfico Insfran de Paraguay, quien ordenó el asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci”. Mercedes Duarte fue encarcelada el 16 de marzo de 2022, como parte del operativo A Ultranza Py que se había iniciado el 23 de febrero de 2022 con una ola de detenciones e incautaciones, tras 27 meses de un riguroso trabajo previo de Inteligencia alrededor de los esquemas de tráfico y lavado dirigidos por Marset, lo cual le obligó a dejar su glamorosa vida en Asunción.

Aterra descubrir que Sebastián Marset ordenó el asesinato del fiscal Pecci desde Bolivia. El crimen ocurrió el 10 de mayo de 2022, casi un mes antes de los asesinatos de Porongo. En los corrillos policiales del Paraguay es un secreto a voces que Marset y su grupo sobornaron a ese Fiscal encargado del Ultranza Py, buscando impedir el enjuiciamiento de los investigados; Pecci se apartó del caso y dejó que otro Fiscal persista en la persecución. Con el dinero del soborno, Marcelo Pecci se fue de luna de miel a una paradisiaca playa en Colombia, donde el PCC lo ajustició mientras tomaba sol, por encargo de Marset.    

Marset y su familia se instalaron formalmente en Bolivia en febrero de 2022, tras ser absuelto en Emiratos Árabes Unidos por lo del pasaporte paraguayo falso, absolución que se dictó el 28 de diciembre de 2021 gracias que pudo obtener un pasaporte uruguayo genuino.

El incidente del pasaporte paraguayo fue otro asunto que hizo perder los estribos a Marset, llevándole a cometer un asesinato anterior al del Fiscal Pecci; quedaría en evidencia la aterradora capacidad de muerte del precoz jefe mafioso. Marset es capaz de matar por un pasaporte.

Un socio suyo, el empresario Mauricio Schwartzman, era un exportador de manufacturas de cuero y madera que usaba para camuflar enormes embarques de cocaína, pero además, según el periódico paraguayo Última Hora, “se lo vincula con la mafia policial para conseguir cédulas de identidad y pasaportes para los integrantes de la organización criminal”. En esa función le tramitó el pasaporte a Marset, con el cual saldría a Turquía y Grecia haciendo escala en Emiratos Árabes. Previamente, Sebastián se casó contractualmente con una paraguaya de 45 años llamada Sonia del Valle, oriunda de Capiatá, a quien abandonó luego de obtener su cédula de paraguayo naturalizado. Cuando abordaba en el aeropuerto de Dubai para partir a Atenas, junto a su hermano, su esposa uruguaya y sus hijos, un funcionario árabe, según la crónica publicada por El Observador, “pasó entre sus dedos la página de datos del pasaporte paraguayo, sintió la mala calidad y la diferencia respecto a otros documentos. El pasajero pasó al área de Inspección de Documentos, que concluyó que ‘el pasaporte era falso por haber cambiado la página original de datos’«. Dos días después, el 12 de septiembre de 2021, Mauricio Schwartzman, culpable del pasaporte falso y del encarcelamiento de Marset, moría acribillado en la puerta de su domicilio en Asunción, a manos de un comando del PCC, con 14 disparos a quemarropa. La Senad no pudo probar la autoría intelectual de Marset, pues se hallaba a miles de kilómetros de la escena del crimen, encarcelado en Dubai. Sin embargo, algunos meses después, la Unidad de Inteligencia Sensible de la Senad interceptó una conversa telefónica de Mercedes Duarte y se la escuchó decir que “el jefe mayor venía acumulando cosas en contra de Mauricio, la detención por causa del pasaporte ya fue el colmo y tuvo que pagar con su vida”. En ese ajuste de cuentas, Marset también le había cobrado a Mauricio Schwartzman alguna vieja estafa que no olvidó. Marset resultó ser implacable con quienes le sacan plata y no cumplen lo pactado.

Fuente: Sol de Pando