“Mire, lo único que quiero es que dejen de decir que me han llamado y que a este señor yo lo he hecho escapar. Yo lo he aprehendido. Yo estoy tres semanas aquí, casi cuatro en Santa Cruz y no puedo tener esos nexos como dice la gente gracias a los mismos camaradas que distorsionan todo”, así empezó su relato el Mayor de Policía Álvaro Muñoz, quien se puso en contacto con EL DEBER para hacer conocer todos los detalles del operativo que dio con la captura de Misael Nallar el miércoles 22 de junio a las 18:00 en el surtidor de gasolina en Los Troncos.
Muñoz dijo que su única misión fue la de capturar a Nallar y que ya había presión sobre toda la familia, lo que habría obligado al prófugo a buscar un intermediario a quien pidió entregarse solo.
Mayor ¿qué podemos decir sobre este caso?
Soy el mayor Álvaro Muñoz, estoy destinado en la Felcn en Santa Cruz hace aproximadamente cuatro semanas máximo, anteriormente estaba cumpliendo funciones como ayudante del comandante general, yo soy nuevo en las tierras cruceñas.
¿Cómo se desarrolló el operativo?
El día martes (21 de junio) yo me encontraba en mi casa de seguridad, yo estoy como jefe del Grupo de Inteligencia y Operaciones Especiales (GIOE). Al mediodía me retiro, como era Año Nuevo aimara me fui a la casa de mi novia aquí en Santa Cruz. Como a las 5:30 a 18:00 de la tarde me llama el coronel Burgoa, que es mi director nacional del GIOE, me llama el director departamental de la Felcn y me indican que hubo un asesinato en Urubó y que despliegue todas mis patrullas, con todo nuestro equipo. Nosotros contamos con armas largas, me ordenaron ir a cubrir las salidas del Urubó, me indicó también que podía cubrir la carretera a Montero y la doble vía a La Guardia.
Hago que me recoja una patrulla de mi domicilio para que sea más rápida y oportuna nuestra operación. Hasta las 11:00 de la noche no teníamos nada de alerta en el caso, seguíamos patrullando, seguíamos revisando vehículos. A las 11:30 el director de la Felcn me llama y me ordena que vaya a la dirección del Guapurú, que era una casa que tenían que allanar. Yo mando a una patrulla para que apoye el trabajo que estaba realizando la Felcn y también ‘los Deltas’ (otro grupo especial de la Policía) ingresaron a la casa, realizaron el allanamiento, encontraron el vehículo verde y también el vehículo guindo.
El personal que tengo es experimentado, puede realizar el rastrillaje de todos estos vehículos que los habían alquilado. Tenemos conocimiento que tienen un GPS, hacemos la triangulación y vemos todo el recorrido que habían tenido, realizamos otros allanamientos en el Urubó y justamente hicimos otro operativo, pero no había nada.
Nos fuimos a las 4 de la mañana (del miércoles 22 de junio) a la carretera a Porongo y ahí allanamos el taller mecánico donde se encontró a los 20 cuadratracks o Teryx, así también teníamos información de que del taller habían sacado las armas de fuego, nos encontramos la vagoneta blanca y una vagoneta que estaba afuera. Nosotros solamente ingresamos, dimos cobertura, el trabajo técnico de ver la situación o de buscar evidencia lo hace el DACI (Departamento de Análisis Criminal e Inteligencia) casi hasta las 07:05. Se quedó mi personal, yo estaba presente, nos retiramos y se quedaron los ‘dacis’ y los de la Felcc.
A las 08:30 nuevamente vuelvo a activar nuestras patrullas para encaminar esta operación de búsqueda. Cuando recibo la instrucción de sacar a las patrullas me realizaron una llamada tripartita en laque estábamos presentes todos los comandantes, estaba mi general (Jhonny) Aguilera; mi coronel (José) Illanes, el coronel (Erick) Holguín; el coronel (Julio) Cossío de la Felcc, el mayor Pérez del DACI y otros jefes de grupos operativos.
En esa llamada el comandante general dio instrucciones directas a los jefes de los grupos y les dice qué cosas tenían que hacer específicamente. Directamente la instrucción a mi grupo fue detener al señor Nallar, yo no hice trabajo de campo, no hice las investigaciones en el lugar, jamás mi personal se acercó a buscar una vaina, peor aún un teléfono o algo que entorpezca las investigaciones en absoluto.
Vuelvo a las 10 de la mañana del miércoles, mi grupo es el más experimentado de la búsqueda e investigación de blancos potenciales, por eso nos llega una información, había un informante que tenía conocimiento del paradero del señor Nallar. Tomo contacto con el informante y me indica que el señor Nallar teme por su vida, que no quiere que lo maten porque había muchas personas que querían eso, querían eliminarlo. Yo le doy las garantías de que nadie lo iba a tocar, que se iba a hacer la aprehensión y el cese del hostigamiento, si se puede decir, a la familia, a los hijos de parte de la Policía, que la situación de los allanamientos a sus casas y domicilios iba a finalizar, pero que se entregue, porque nosotros ya lo teníamos cercado, ya lo estábamos apretando y cualquier rato lo podían intervenir y podían darle de baja (lo podían matar).
A las 17:43 justamente, como era un grupo de inteligencia pasamos desapercibidos, llegó una patrulla de Delta o de UTOP (otros grupos policiales) no sé, no me acuerdo, al surtidor de Los Troncos, que también lo tengo en foto y mando esa foto a mi comandante, también lo tengo el mensaje donde digo ‘Delta llegó al surtidos Los Troncos, díganle que se retire porque lo joderán todo’, literal, así como le estoy describiendo, es que yo también estaba supernervioso, porque no sabía si me iban a hacer un contraataque.
Mi general da la orden al coronel Holguín, el coronel Holguín viraliza la foto que yo mandé y les dice ‘quién está a cargo de esa patrulla que se retire’, no sé si esta patrulla habrá visto el mensaje, pero se mueve, y como la vagoneta en la que yo estaba que era de inteligencia, yo me salgo y les digo ‘váyanse, váyanse, Felcn, Felcn’ y se van. Yo sé que el oficial que estaba a cargo era mi coronel Valdivieso porque varias veces lo vi en el Comando, porque yo estaba de ayudante, entonces me conocía las caras de todos los jefes y él también me conocía, entonces ahí nos vimos y se fue.
Pasaron otros 20 a 25 minutos y llegó el señor Nallar levantando sus manos, nos movimos con la camioneta, llegamos donde él estaba, unos 100 metros más o menos. Él entró a la vagoneta, le puse manillas, lo caché, le dije sus derechos. En la fotografía que se ha viralizado está con polera roja en un vehículo, fui yo el que la tomó, yo la tengo en mi teléfono. Ese mismo momento mando mi ubicación en tiempo real a mi general para que sepa dónde estoy, me dice él, ‘con cuidado’ y le digo, ‘tengo apoyo de mi patrulla, pero espérenme llegando a Santa Cruz’.
Bueno, de ahí ya conoce el resto, yo lo meto a la Felcc y a la mañana siguiente me hacen bolsa, piensan que yo lo he hecho escapar, que yo tengo algo con él, pero en tres semanas (de vivir en Santa Cruz) no creo que tenga algo con esas personas.
El Deber