Lucile Randon es la persona más longeva de toda Europa y está en el ‘grupo selecto’ de centenarios que dio batalla y venció al coronavirus. Además es sobreviviente de dos guerras mundiales, puesto que nació el 11 de febrero de 1904, es decir, mañana cumplirá 117 años.
Randon es una monja francesa, quien dio positivo por coronavirus el pasado 16 de enero y fue puesta en estricta cuarentena en la residencia de ancianos de Sainte Catherine Labouré, en la ciudad de Tolón. En las últimas horas los médicos dieron la noticia de su completa recuperación y recibió el alta médica.
Randon vive en dicha residencia para ancianos y en este tiempo no había experimentado ningún síntoma, como sí ocurrió con otros de sus compañeros en su espacio de descanso, diez de los cuales fallecieron, según explican los medios del exterior.
Tras recibir la noticia de estar sana apuntó: «Ni siquiera me di cuenta de que lo tenía (el virus)». Sin embargo, fue confinada en su habitación y «la soledad le pesaba terriblemente». No tenía ningún miedo y estaba más preocupada por los otros residentes. Lo único que lamentaba Randon era ver modificada sus propias rutinas, como asistir a misa diariamente.
La prueba de la soledad
«La puso a prueba la soledad que le impone el encierro. Le gusta conocer gente y conversar. Hoy está desconfinada: puede recibir algunas visitas, pero pocas, porque sigue siendo una persona muy frágil», explicaron las personas que se encargan de sus cuidados.
Su cumpleaños número 117 lo celebrará con una videoconferencia con su familia y está programado que el alcalde de la localidad lo visite. Además, contará con su postre favorito: «tortilla noruega».
Seguirá así muy de cerca a la mujer más longeva del mundo: la japonesa Kane Tanaka nacida el 2 de enero de 1903, según El Confidencial
Lucile Randon no se ordenó monja hasta la edad de 40 años (de hecho no se ordenó al catolicismo hasta la edad de 19 años). A pesar de su vocación tardía, también se ha convertido en la religiosa más longeva. Tiene hijos, nietos y hasta ocho bisnietos.
Nació en Gard y había sido profesora e institutriz en familias acomodadas. «He tenido muchas desgracias en mi vida. Durante la guerra de 1914-1918, yo era solo una niña, y sufrí como todos los demás. No fue gracioso. Es Dios quien puede decirlo», aseguró en una entrevista en 2019.
Fuente: El Confidencial