Tráfico de tierras involucra la gestión de 4 ministros y deja al menos 100 procesos

Tráfico de tierras involucra la gestión de 4 ministros y deja al menos 100 procesos

El tráfico de tierras fiscales involucra la gestión de cuatro exministros y ha dejado al menos 100 procesos entre administrativos y penales a funcionarios del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras y del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA).

De acuerdo con la Fundación Tierra, los casos de corrupción relacionados a la dotación de tierras fiscales, si bien siempre han existido, adquieren una importancia mayor desde 2010, cuando Nemesia Achacollo ocupaba la cartera de Desarrollo Rural.

“A partir de 2010 se marca muy visiblemente el tema de la corrupción en el manejo de tierras fiscales. A partir de ese año la institucionalidad pública del INRA se pierde y entra el manejo político. El INRA pierde su condición técnica y se convierte en una instrumento político, operativo, partidario en favor de intereses concretos y esto genera mecanismos ligados a la extorsión y el tráfico de tierras”, señala el director de la Fundación Tierra Regional Oriente, Alcides Vadillo.

De acuerdo con  reportes de prensa, en 2010 Juan Carlos Rojas, exdirector del INRA, denunció la existencia de una oficina que fraguaba documentos y que blanqueó antecedentes y extorsionó a funcionarios para beneficiar a ciertas personas y entregarles tierras fiscales por un precio, que según reportó el periódico  La Prensa en 2011, oscilaba entre los 23.000 y 50.000 dólares.

De acuerdo con  los documentos del caso “INRA paralelo”, los implicados en el caso “procedían a contactarse con empleados del INRA de Santa Cruz con el objetivo de obtener la información de la base de datos oficial. Fraguaban la documentación, introducían datos falsos y los utilizaban para cumplir sus compromisos económicos por un monto aproximado de 23.000 dólares americanos por cada contrato, aunque hubo casos en los que el monto exigido alcanzaba  los 50.000 dólares”, señala el reporte de La Prensa.

El INRA “chuto” operaba en el pasaje Cuéllar N 3135 y en la calle Pozo N 448 de Santa Cruz, y se dedicaba a “hacer seguimiento” de trámites en el INRA y en la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), confesó el responsable de la oficina clandestina Marcelo Salas Viruez en su declaración formal ante la Fiscalía de Distrito de Santa Cruz el 17 de marzo de 2011.

“Aquí es donde aparece lo que en ese momento se llamó el ‘INRA Paralelo’. En ese momento la ministra de Desarrollo Rural era Nemesia Achacollo y el director del INRA era Juan Carlos Rojas y es esta persona quien denuncia la existencia de esta oficina, que estaba armando expedientes paralelos, extorsionando a unos y beneficiando a otros y la consecuencia de esta denuncia es que el denunciante es separado del INRA y se le inicia un proceso del cual no se sabe cuál fue su conclusión”, agregó Vadillo.

Rojas,  luego de realizar la denuncia, fue reemplazado por Julio Urapotina, quien, según notas de prensa, fue uno de los responsables de los asentamientos humanos impulsados en Pando por el exministro de la Presidencia Juan Ramón Quintana.

Rojas, en su momento, no descartó que su destitución obedezca a las denuncias presentadas ante el Ministerio Público por la presunta existencia de una red nacional de traficantes de documentos e información de saneamiento.

Los reportes de la prensa en ese entonces señalan que uno de los integrantes de la organización aseguró ser asesor personal de la exministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, e intentó acudir a ella por teléfono en el momento en que fue arrestado en su oficina, de acuerdo con las autoridades del Ministerio Público.

Asimismo, de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía, en las mencionadas oficinas se encontró documentación relacionada al saneamiento de tierras en Santa Cruz y Montero, y que, además, fueron visitadas por la exministra Achacollo en dos ocasiones.

En abril de 2011, ante las acusaciones contra la exministra, el entonces presidente Evo Morales la defendió: “La compañera Nemesia es de mucha confianza, la conozco desde hace mucho tiempo, es una gran luchadora; no creo para nada en la acusación contra la ministra, pero a veces es difícil dar la cabeza por todos y todas…”.

Fuente: Página Siete