El principal acusado de intentar un golpe fallido el 26 de junio del año pasado rompió el silencio para ratificar su versión de que el presidente Luis Arce le ordenó el 23 de junio de 2024 sacar tanques y armamento militar para realizar un movimiento que levante la popularidad del Primer Mandatario, dada la semana conflictiva que debía enfrentar.
En una entrevista por zoom con el medio argentino Data Urgente y Extra TV, conducido por Sebastián Salgado, Zúñiga dijo que hablaría detalladamente por primera vez, desde su encierro de diez meses en la cárcel de máxima seguridad de El Abra, y lo hizo durante unos 50 minutos, aparentemente con un celular y con sonido ambiente del penal, en un lugar algo oscuro que identificó como una celda de 2 por tres metros, de donde solo sale al sol dos horas por día. «Es el bloque C», dijo.
«ARCE ME ORDENÓ»
Zúñiga relató que la mañana del domingo 23 de enero, se encontró con el presidente Arce en la cancha de básquetbol del colegio La Salle de La Paz. «No eramos amigos ni parientes, pero siempre nos encontrábamos en esa cancha, de 8:00 a 10:00 los domingos, para jugar básquet en el equipo en el que también jugaban otros militares. En los intervalos hablábamos, de comandante a capitán de las FFAA, con respeto. Ese día a las 9 de la mañana, en el descanso, me habló y me dijo que estaba por vivir la semana más crítica para el gobierno por los conflictos y si lograba pasarla terminaría su mandato. Trae los tanques, apúrate, y que no quede un blindado en los puntos de bloqueo porque sería una vergüenza», comentó en la entrevista.
Relató que como los blindados estaban en frontera y se necesitaba tiempo de inmediato se fue del partido de básquet con otros militares al Colegio Militar y convocó al general Sánchez, al jefe de Inteligencia y al de Logística para transmitirles la orden presidencial. «Esta orden solo la da el Presidente, nadie más puede, porque es armamento de guerra. Él pidió que vengan dispersos para no levantar polvareda», remarcó.
Contó que luego partió a Cochabamba rumbo a Totora, donde había una actividad con los altos mandos de las FFAA, a los que dio parte de la orden presidencial cerca de las 20 horas. Calculó que a las 22:00 de esa misma noche de domingo ya se estaban desplazando para llegar en la tarde de lunes al Estado Mayor.
«El lunes en la mañana, Hugo Moldiz y Fernando Rodríguez me preguntaron: «Ya llegaron sus fierros?». Les dije que sí. Días antes nos habíamos reunido con ellos y con los comandantes y casi a diario con Aníbal Aguilar», relató.
Contó que el 24 de junio participó en el aniversario de la Policía, pero sin blindados. «El martes 25, a las 17 horas, la secretaria del Presidente me llamó para que vaya a la Casa Grande del Pueblo encapuchado. Me recogió el chofer del Presidente en su gabinete vestido con gorra, capucha y barbijo y subí al piso 22, donde estaban Marianela Prada, el ministro de Defensa y Hugo Moldiz. Me informaron de mi relevo y de la posesión del nuevo Alto Mando Militar. Me pidieron apoyo militar y cumplí la orden. Me retiré a descansar. Al día siguiente di en la mañana un discurso que calificaron de político».
Zûñiga asegura que nunca intentó un golpe, ya que si fuera así, no lo habría hecho en horas de la tarde, cuando hay mucho embotellamiento vehicular, sino en la madrugada. Tampoco lo hubiera hecho solo con 15 tanquetas, dijo. «Es un fantasma este golpe. La intención era subir la popularidad del Presidente y generar enfrentamientos con la Policía y los movimientos sociales.
UNIDAD DE INTELIGENCIA
Zúñiga ha apuntado en esta entrevista con un medio argentino a Hugo Moldiz y a Fernando Rodríguez, a quienes señaló de integrar un grupo de Inteligencia que opera en paralelo en el piso 7 de un edificio estatal frente a la Alianza Francesa, con apoyo de personal del extranjero. «Hacen inteligencia e incluso sugieren ejecuciones. Un extranjero me lo hizo a mí cuando Sergio Castro desertó de mi unidad de Inteligencia», reveló.
Zúñiga calificó de «montaje»el documental del Gobierno. «Hay un gabinete que no conozco. Solo conozco a Jorge Valda por las redes. Todos los militares y civiles detenidos son inocentes. Hay un caballero que presiona en las cárceles para que se inculpen. Yo estoy bien, no me voy a suicidar», concluyó.
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